Home(not)schooling


La educación en casa o Homeschooling entraría dentro de lo que conocemos como educación descentralizada. ¿Esto que significa? Pues bien, llamamos educación descentralizada o centros educativos autónomos a aquellos configurados en función de las características singulares del entorno y de los agentes (alumnos, padres, profesorado...) con aspiraciones, limitaciones, posibilidades y necesidades únicas. En ellos, el centro puede tomar decisiones y establecer sus propios planteamientos. Está claro que esto puede ser muy beneficioso si lo entendemos desde la perspectiva de que es la educación la que se adapta al alumno y no al revés, lo cual claramente favorece el aprendizaje del niño, pero ¿es esto viable? Seamos realistas, tal y como funciona la educación en España, estos colegios solo son gestionables a través de la financiación privada de los padres, por lo que su matricula suele ser prohibitiva para la mayor parte de la población. Por otro lado, teniendo en cuenta que la educación en España está regida por una serie de leyes y decretos  y que los métodos pedagógicos utilizados en este tipo de centros no son continuistas con el resto de etapas educativas (bachillerato, pruebas de acceso a la universidad, formación profesional, universidad...), pueden darse serios problemas en los cambios de centro/etapa ya que el alumnado no está acostumbrado a tienen ciertas estrategias adquiridas y pasan por un proceso de adaptación, en ocasiones, muy duro. Además, es muy importante establecer serios controles respecto a los contenidos adquiridos porque, en el caso de no ser así, podemos encontrarnos con alumnos que salgan de la educación obligatoria con carencias importantes aunque no podemos negar que eso ya ocurre en las escuelas dependientes. 


Pero, vayamos más allá, ¿en que consiste la educación en casa? En grandes rasgos, el Homeschooling es la educación en casa. Esto puede significar desde que un profesor trabajador del estado va a casa del alumno a impartir las clases porque este no pueda desplazarse al centro escolar, hasta que los padres decidan educar ellos mismos, o a través de un profesor contratado, a sus hijos sin que estos pasen por un centro escolar. En mi opinión, un error. Al menos tal y como se da en España pese a que no debería darse porque está prohibido con contadas excepciones, pero bueno...
En primer lugar porque al educar en casa estamos quitándoles a los niños la posibilidad de socializar y la función sociabilizadora es una de las principales de los centros educativos. Si bien es cierto que en ocasiones se hacen "comunidades" de educación en casa por la que varias familias se juntan y los niños pueden socializar entre ellos, esta sociabilización siempre va a ser menor que la que se da en un centro ordinario. Este problema es similar al que encontramos en las aulas unitarias de los centros rurales agrupados con la diferencia de que, en la mayoría de estos, se programan visitas entre los centros para que los niños puedan conocerse y convivir. 
Por otro lado, al no tratarse de enseñanzas regladas y controladas, es muy fácil que ciertos conocimientos se queden sin impartir. Pensemos que gran parte de esta ideología parte de enseñar a los alumnos aquello que les interese y aunque es un punto de partida fantástico, hay una serie de contenidos que por su utilidad y necesidad deben ser impartidos en la educación obligatoria. Más ahora que se tienen tan en cuenta los aprendizajes competenciales, muchos de los cuales son difíciles de evaluar con un único examen a final del periodo para determinar si se debe o no dar el título correspondiente. 
Finalmente, hay que hablar de quiénes son los encargados de organizar, dirigir y, en última instancia, enseñar en este tipo de educación. La respuesta a las dos primeras preguntas es sencilla: los padres. Son los padres quienes toman esta decisión, quienes deciden que y cuando impartir las asignaturas y quien las va a impartir y, en ocasiones, también son los padres quienes las imparten. Padres que, exceptuando contadas excepciones, no tienen ningún tipo de conocimiento sobre pedagogía, psicología y demás ciencias relacionadas con la educación. Por muy buenas intenciones que tengan, no pueden asegurar que estén haciendo lo mejor para los discentes pudiendo afectar de manera muy negativa a la formación y el desarrollo de sus hijos. 
Además, no creo que sea especialmente convertir el hogar en el ámbito de trabajo. Si muchos adultos que, desde la pandemia, trabajan desde casa ya tienen problemas a la hora de diferenciar tiempos y espacios de ocio y familia con los tiempos y espacios de trabajo, ¿por qué querríamos hacerle eso a los niños? 
Finalmente, no hay que olvidar el factor de clase y es que la mayor parte de las familias adscritas a la educación en casa, tienen unos ingresos superiores a los 2000 euros al mes y uno de los miembros, normalmente la madre, puede permitirse dejar el trabajo para dedicarse a sus hijos. Por lo cual, legalizar este tipo de educación en España solo serviría para aumentar aún más las diferencias entre las familias y la educación, no nos olvidemos, debe ser inclusiva y gratuita para todos y, desde luego, crear comunidades en las que todos sean de clase media-alta no es garantía de inclusión. 


Comentarios