La educación en Castilla y León


Ya hemos hablado de la educación en el mundo, en Europa y en nuestro país, pero ¿cómo es la educación en Castilla y León? ¿Cuáles son sus puntos fuertes y cuáles sus puntos débiles? Como ya hemos dicho, la peculiaridad de nuestro país, un estado regido por autonomías que, aunque dependen de una autoridad central, tienen la capacidad de tomar decisiones relevantes en diferentes aspectos, entre ellos, el educativo. Esto hace que la realidad educativa que encontramos en Castilla y León difiera significativamente de la que podemos encontrar en otras comunidades autónomas como Cataluña o Andalucía. Pero las diferencias educativas no vienen únicamente marcadas por la diferencia de decretos y normas si no por la propia idiosincrasia de la comunidad. No tiene sentido pretender educar de la misma manera en una región con grandes zonas despobladas, que en otra en la que todas las regiones están masificadas, no educamos igual en pueblos que en ciudades, ni en zonas de alto nivel socio-económicos que en zonas claramente desfavorecidas. Y esto, como es lógico, nos lleva a resultados educativos diferentes. 

En el artículo de "El norte de Castilla" se habla de "éxito educativo", pero, ¿por qué? En primer lugar
encuentro llamativo el hincapié que hace en el establecimiento del bilingüismo, algo considerado de manera general como positivo, pero que, en mi experiencia personal, no implica siempre un mejor nivel educativo, ni siquiera un mejor dominio del habla inglesa, tan solo un mayor vocabulario específico de las asignaturas trabajadas en ingles. Pero no se puede negar que la Junta pone a la disposición de los centros una gran cantidad de recursos para que se avance en este sentido. 

Más interesante me parece la iniciativa por acabar con los "centros gueto" y por dotarles de mayores recursos y opciones de flexibilización para evitar que los alumnos terminen por abandonar el sistema educativo. Sin embargo, en ningún momento especifican como se va a motivar a los profesores a acudir a estos centros de mayor complejidad.

Otro punto fuerte, relacionado también con la precariedad de algunas familias, es el buen funcionamiento del programa "Releo", pero no podemos olvidar que si este programa de reutilización de libros de texto funciona es, en su mayor parte, gracias a la solidaridad de las familias que, de manera altruista, deciden ceder los libros para aquellos alumnos que más lo necesitan y que, siempre esto puede no ser eterno. 

Por otro lado, nos encontramos con el que, desde mi experiencia, es uno de los mayores problemas de la educación en Castilla y León; la falta de medios en las zonas rurales y el exceso de colegios rurales agrupados con aulas unitarias. Ya no solo por las posibles desventajas a nivel de socialización de tener alumnos que apenas llegan a tener 5 compañeros más en la clase, si no por la falta de recursos que se dedican a estas aulas, precisamente por la falta de alumnos. Nos encontramos con situaciones que, en otros lugares serían inconcebibles, como la soledad de una maestra en todo el centro durante la mayor parte de su jornada laboral. 

Finalmente, el artículo también habla de los problemas de acoso tanto entre alumnos como hacia los profesores y, una vez más, nos encontramos ante buenas intenciones, pero ninguna medida concreta, si bien es cierto que el artículo data de 2017 y a día de hoy desconocemos si las medidas tomadas tuvieron los resultados esperados y, de no ser así, si esto tiene algún tipo de relación con la situación provocada por la pandemia. De hecho, a nivel personal, creo que no es justo tener en cuenta los estudios realizados en los años de 2020 y 2021 en relación a avances en el sector educativo ya que la pandemia ha tenido una repercusión innegable que se seguirá notando en los años venideros. 









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